Este tratamiento morfológico
permite destacar en una imagen una determinada disposición espacial
de los pixels. Para ello emplea dos elementos estructurantes que permiten
relacionar la imagen A con su complementaria Ac. El primer elemento
estructurante J indica los pixels que deben estar en campo activo y el
segundo K los que deben estar en campo inactivo. De modo que podemos definir
el Hit-or-Miss como: